NOVELA
GEMA
MILENA BUSQUETS
(Anagrama - Barcelona)
“Así podría empezar por fin a pensar en una autobiografía. Una escena y luego otra y otra, ¿no? Sería una autobiografía seriada, una vida serial…”, anota Renzi (alter ego de Piglia) en el texto “En el umbral”. En el juego entre ficción, autobiografía y autoficción que propone Ricardo Piglia con Renzi, y bajo el amparo de la serie, se organiza el trabajo narrativo de los dos últimos libros de Milena Busquets.
Se podría pensar que Gema (Anagrama, 2021), la tercera novela de la autora, continúa la autoficción seriada sobre su vida. Si en su anterior libro (También esto pasará), la escritora diagrama en clave conjetural y autobiográfica unos momentos de su pasado relacionados con la muerte de su madre, en Gema se mantiene el deseo escriturario y la posibilidad de esbozar un fragmento del pretérito en relación con otras muertes: la de su amiga y la de su padre. Pero aquí es importante hacer una aclaración: la escritura nunca captura el fluir completo y finísimo de la realidad. En todo caso, intentamos con el lenguaje verbal un boceto del imparable río de la vida. La escritura, entonces, propone series, esquemas, elabora retratos que atrapan una parte -como en un filtro que no retiene lo sustancial– de eso que se ha vivido.
En todo caso, Gema capta algunos instantes, ficcionaliza otros, ensaya ideas, expone tramas, elabora situaciones que han quedado en el olvido. Busquets sabe del poder devorador del olvido y sabe que la ficción engulle todo y hace literatura con lo que se pierde y con aquellas palabras que nadan en el oasis del deseo y la memoria.
Rompecabezas
El nudo a partir del cual se desenvuelve el relato tiene relación con la muerte de una amiga de 15 años, Gema. La narradora no tiene nombre. Sin embargo, hay algunas marcas y referencias que nos hacen pensar que tiene contactos con la autora de carne y hueso. Pero ahí es justamente en donde transitamos por el sendero difuso y fascinante de la autoficción. Gema es autoficción y novela. Aunque parte de recuerdos y de referencias ligadas a la autora (el Liceo francés, los hijos, la tarea como traductora), no podemos olvidar que la escritura no atrapa la realidad en su totalidad y que, además, no tiene la obligación de hacerlo.
Milena Busquets narra, de forma paralela a la investigación sobre la muerte de su amiga, la relación de la narradora con sus hijos Óscar y Marc, el vínculo decadente y fracasado con un novio actor, las conversaciones con las amigas sobre la amiga muerta, los encuentros con un editor (quien le ha encargado un trabajo de traducción) y con el proviseur González, el inicio de un viaje.
La autora se vale de recuerdos para armar el rompecabezas rápido y fantasmal de una ausencia. Gema está construida con los restos como hilachas que quedan en la memoria. En todo caso, Busquets dibuja un orden con aquello que no lo tiene, con eso que responde al caos hecho de involuntario olvido, tiempo sucesivo y estertores del ayer. Es decir, existe una ficción porque Milena Busquets tiene la voluntad de organizar una serie de relatos tramados de forma paralela y para que nos den la ilusión de realidad. Y eso está logrado.
Claramente, Gema es menos un acto de memoria que una ficción y, en este sentido, la novela retrata no la vida de una muerta joven sino, más bien, lo que hace una narradora para tapar una ausencia y el dolor que provoca el intento de detener el fugaz paso del tiempo.
Ahora bien, debemos decir que Milena Busquets –si asociamos las reflexiones con la autora de carne y hueso– ensaya algunas ideas sobre ciertos aspectos de la vida: “Besar siempre requería un segundo aprendizaje. En la infancia todos sabíamos besar…”; “La juventud acababa a los 30 años... ¿Por qué la gente se empeñaba con tanto ahínco en alargarla? No era una de las cosas más trágicas que podían sucederle a uno… en realidad, durante la mayor parte de la vida no éramos jóvenes.”
Así, la narración alterna con pensamientos y las reflexiones humedecen los episodios.
Gema es tanto una autobiografía ficcional como una autoficción memoriosa que empuja varias siluetas –la de la narradora, la del padre, la de la joven Gema–, como si moviera un dominó utópico, una forma de exorcizar el ejercicio imposible de contar la vida.
PERFIL
Milena Busquets nació en Barcelona en 1972. Se licenció en Arqueología en el University College de Londres y trabajó durante muchos años en el mundo editorial. Es autora de También esto pasará, éxito de ventas y crítica, traducido en más de 30 países. Otros de sus libros son Hoy he conocido a alguien y Hombres elegantes y otros artículos. Es hija de la mítica editora Esther Tusquets.
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